El 9 de septiembre de 2025, una alumna de 12 años de la Secundaria Técnica No. 52 en Delicias, Chihuahua, atacó con un hacha y un cuchillo...
El 9 de septiembre de 2025, una alumna de 12 años de la Secundaria Técnica No. 52 en Delicias, Chihuahua, atacó con un hacha y un cuchillo a una madre de familia dentro del plantel, durante una reunión escolar. La agresión ocurrió sin intervención inmediata del personal docente. La Fiscalía General del Estado atrajo el caso, que será procesado bajo el sistema de justicia penal para adolescentes.
Redes sociales como incubadoras de la violencia escolar
Investigaciones independientes revelan que la menor presuntamente mantenía una cuenta activa en TikTok, de nombre "Cebolleta" donde compartía contenido que glorificaba a múltiples tiradores escolares. Entre ellos, destacaban referencias explícitas a los perpetradores de la masacre de Columbine, El tirador del Colegio Americano del Noreste en Monterrey ocurrido en 2017, Robin Westman, el atacante de la escuela católica Annunciation en Minneapolis, quien asesinó a dos menores y dejó 17 heridos antes de suicidarse entre muchos otros.
La mayoría de los contenidos presuntamente compartidos por la menor estaban dedicados a tiroteos escolares, lo cual representa una señal de alarma crítica: a una edad temprana, ya había sido influenciada por narrativas que glorifican a perpetradores de tiroteos y Masacres. Esta construcción simbólica de la violencia no fue detectada ni por autoridades escolares ni por familiares.
Omisión institucional y riesgo estructural
El caso plantea interrogantes sobre la capacidad de las instituciones educativas para detectar señales de riesgo en entornos digitales. ¿Qué protocolos existen para monitorear contenidos violentos entre estudiantes? ¿Qué responsabilidad tienen las plataformas como TikTok en la amplificación de estos discursos?
Más allá del acto: la estética digital de la violencia escolar
Este ataque no fue espontáneo. Fue precedido por una narrativa digital que idealizaba la violencia escolar como acto de poder y notoriedad. La ausencia de intervención revela una falla estructural en la detección temprana de conductas de riesgo, tanto en el ámbito educativo como familiar.
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