En un giro dramático de la creciente tensión en Medio Oriente, Estados Unidos lanzó este sábado una ofensiva directa contra las instalacione...
En un giro dramático de la creciente tensión en Medio Oriente, Estados Unidos lanzó este sábado una ofensiva directa contra las instalaciones nucleares de Irán, marcando su entrada formal al conflicto entre Teherán e Israel. El vicepresidente **JD Vance** defendió la operación señalando que *"no estamos en guerra con Irán, sino contra su programa nuclear"*.
Según declaraciones a ABC y NBC, la Casa Blanca consideró la acción como una medida de contención ante una amenaza “inminente”, asegurando que el bombardeo logró *“retrasar considerablemente”* el desarrollo atómico del régimen islámico, posiblemente por años. Vance reiteró que no se busca un cambio de régimen, sino frenar el potencial armamentista nuclear.
La reacción internacional no se hizo esperar: **Rusia** y **China** condenaron el ataque calificándolo de “irresponsable” y violatorio del derecho internacional. Mientras tanto, **Francia** llamó a la moderación y a regresar a la vía diplomática. Por su parte, Irán respondió con el lanzamiento de 40 misiles contra Israel y amenazó con cerrar el estratégico Estrecho de Ormuz.
El portavoz del Pentágono, Pete Hegseth, calificó la operación como un éxito “devastador” que busca generar un *efecto psicológico disuasivo*, aunque admitió que la situación sigue siendo volátil. El gobierno de Teherán, sin embargo, descartó regresar a las negociaciones bajo fuego: *"Solo entienden el lenguaje de la amenaza y la fuerza"*, sentenció su canciller.
El mundo observa ahora con incertidumbre ante una escalada que, según la Cruz Roja, podría derivar en una guerra de consecuencias “irreversibles”.
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