Ante la posibilidad de un inminente cierre del gobierno, la Casa Blanca quiere asegurarse de que la culpa recaiga en el otro extremo de la ...
Ante la posibilidad de un inminente cierre del gobierno, la Casa Blanca quiere asegurarse de que la culpa recaiga en el otro extremo de la Avenida Pennsylvania, concretamente sobre los representantes del Partido Republicano.
Después de todo, son los legisladores republicanos quienes han estado paralizados por su incapacidad para aprobar un paquete de fondos, y no quieren respetar un acuerdo bipartidista al que se llegó a principios de año en materia de gastos.
El presidente Joe Biden espera que el resto del país vea las cosas de la misma forma. Es una apuesta difícil en momentos de extrema división política, en que muchos estadunidenses se aferran a su afiliación política sin importar los hechos.
Pero al acercarse el plazo de la medianoche, la Cámara de Representantes aprobó el sábado un proyecto de presupuesto de 45 días para mantener los organismos federales en funcionamiento. Su presidente, Kevin McCarthy, desistió de exigir fuertes recortes al gasto y, con votos de los demócratas, logró la aprobación del paquete, que pasó al Senado.
Un cierre de gobierno llegaría en un momento frágil para Biden, quien ya se enfrenta a bajas cifras en los sondeos y a preocupaciones en materia económica mientras busca un segundo periodo presidencial, basándose parcialmente en la propuesta de que ofrece un rumbo estable en Washington.
Si el Congreso no aprueba una iniciativa de gastos antes de que acabe el sábado, los trabajadores federales dejarán de recibir su sueldo, los traslados aéreos podrían resultar gravemente afectados por la falta de personal y los beneficios alimenticios quedarán suspendidos para algunas de las familias más vulnerables del país.
Cuando se le preguntó el viernes si Biden debería cargar con cualquier responsabilidad del cierre, la directora de presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, respondió “absolutamente no”, y acusó a los republicanos de ser displicentes con el pueblo.
“El tipo que recoge la basura en mi oficina no recibirá un cheque”, declaró. “Esa es la realidad. Y eso es lo que me molesta”.
Durante una presentación a sus aliados el jueves, Anita Dunn, asesora senior de Biden, atribuyó el inminente cierre a “la franja más extrema” de los representantes republicanos. Aseguró que “debemos exigirles cuentas” y “asegurarnos de que paguen un precio político”.
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