La maƱana del 15 de enero de 1972, los habitantes de Chihuahua recibieron con asombro las primeras versiones del asalto armado a varios banc...
La maƱana del 15 de enero de 1972, los habitantes de Chihuahua recibieron con asombro las primeras versiones del asalto armado a varios bancos de la ciudad. Las calles se saturaron de patrullas que anunciaban con las sirenas el acontecimiento. A la gente que se encontraba cerca de alguno de los bancos, se le conminaba a retirarse y encerrarse en sus casas “porque las cosas se iban a poner peor”. Todo era confusión.
Horas despuĆ©s se seƱaló que habĆa sido una acción simultĆ”nea en tres bancos, que los asaltantes eran jóvenes guerrilleros, algunos estudiantes de la Universidad. Oficialmente se informó que habĆan muerto dos asaltantes.
En total intervinieron 14 guerrilleros organizados por Avelina Gallegos, profesora normalista de 24 aƱos, y Diego Lucero, ingeniero de 29, egresado de la Universidad de Chihuahua; ambos formados en la ideologĆa revolucionaria. Diego habĆa participado en las movilizaciones agrarias desde 1963, luego, a mediados de 1965, se unió al grupo de apoyo a la guerrilla que atacó el cuartel militar de ciudad Madera. Meses despuĆ©s, en diciembre de 1965, participó en la reunión que celebraron los sobrevivientes en la Ciudad de MĆ©xico. Desde entonces recorrió un largo camino en la lucha revolucionaria destacĆ”ndose como uno de los dirigentes mĆ”s respetados al iniciarse el auge de la dĆ©cada de 1970.
No hay precisión en la fecha, quizĆ” fue a principios de febrero de 1971 cuando Diego Lucero llegó a Chihuahua para reunirse con algunos estudiantes. En esa reunión empezó a gestarse el grupo. En los primeros dĆas de 1972 Diego regresó a Chihuahua, reuniĆ©ndose de nuevo con jóvenes universitarios, integrĆ”ndose al grupo Avelina Gallegos, junto con jóvenes de otras ciudades.
El grupo discutió la necesidad de abrir un nuevo frente guerrillero en Chihuahua con el fin de apoyar con recursos económicos y armas al ejército del Partido de los Pobres, comandado por Lucio Cabañas. Se decidió el asalto simultÔneo de tres sucursales bancarias el 15 de enero a las 9:30 de la mañana.
Se llevó a cabo la acción, teniendo complicaciones en la sucursal ChuvĆscar, donde fueron abatidos Avelina Gallegos (Natalia) y Mario PĆ©rez (Ćscar). El resto se refugió en una casa de seguridad. Distribuyeron el dinero y se separaron.
Gaspar Trujillo y HĆ©ctor Lucero se fueron juntos, caminaron por la vĆa del tren durante dos dĆas, hasta que fueron vistos por unos rancheros que los delataron. Horas despuĆ©s la zona se llenó de judiciales y fueron aprehendidos; les quitaron las armas, el maletĆn con el dinero y los llevaron a Chihuahua al cuartel de rurales, donde mĆ”s tarde sacaron a Gaspar y lo ejecutaron al intentar fugarse.
Por su parte, Diego Lucero y Francisco Javier Pizarro se escondieron en la casa del profesor Anchondo, quien actuaba como parte del grupo, sin haber participado en los asaltos. Al dĆa siguiente (domingo 16), Pizarro y Diego abandonaron la casa para intentar trasladarse a la Ciudad de MĆ©xico, donde habĆan acordado encontrarse. Diego no alcanzó a llegar a la terminal de autobuses, nunca se supo cómo fue que lo halló la policĆa, se manejó la versión de que antes de salir a MĆ©xico habĆa hecho una cita y que cuando llegó ya lo esperaban los judiciales.
Ese mismo dĆa detuvieron a Marcos Rascón, lo llevaron a la comandancia de policĆa donde lo golpearon duramente. AhĆ pudo ver que en un cuarto tenĆan al compaƱero Rosendo MuƱoz. MĆ”s tarde, el procurador Quezada Fornelli, quien actuó como ejecutor de parte del gobernador Ćscar Flores, llevó a Marcos al mismo cuarto, allĆ tenĆan a Diego Lucero, tirado en un sillón, muy golpeado, sin sus lentes. En ningĆŗn momento de los interrogatorios lo habĆa mencionado, sólo se habĆa referido a un tal RaĆŗl DĆaz, por lo que el procurador le recriminó burlĆ”ndose: “mira, aquĆ tienes a tu RaĆŗl DĆaz”. La intención de los represores era que se identificaran, pero Diego declaró que no conocĆa a Marcos. Se llevaron nuevamente a Marcos a la celda y Diego quedó solo con los judiciales. Horas despuĆ©s juntaron a Rascón con Rosendo MuƱoz y Marco Antonio Pizarro, los expusieron a los fotógrafos de la prensa, sin presentar a Diego Lucero.
En la madrugada se abrió la puerta de la celda de Marcos, prendieron la luz y entró Quezada Fornelli muy enojado, diciĆ©ndole que un asaltante hijo de la chingada habĆa intentado matar a un agente. En la maƱana se enteró de que el “asaltante” ejecutado era Diego Lucero.
Este 15 de enero, al cumplirse 50 aƱos, recordamos que en aquella acción revolucionaria murieron cinco jóvenes, quienes en respuesta a la barbarie genocida de DĆaz Ordaz y EcheverrĆa, acudieron al llamado de la historia, buscando por la vĆa armada el camino para transformar la situación del pueblo de MĆ©xico, enfrentĆ”ndose, con sus ideales y esperanzas, en condiciones muy desiguales, a los aparatos represivos de un gobierno que acumulaba una larga lista de violaciones a la Constitución y una secuela incalculable de acciones criminales.
El asesinato de Diego y sus compaƱeros provocó la respuesta masiva como no habĆa sucedido antes y se unieron, contra el gobierno criminal, obreros, campesinos, profesores, estudiantes, colonos, todos en un solo frente de lucha. En los meses siguientes se consolidaron las fuerzas que en febrero de 1973 emprendieron la batalla para definir el rumbo entre autoritarismo a fuerza de balazos , o democracia popular. Triunfaron, despuĆ©s de varios meses, los autoritarios, desde entonces Chihuahua vive atrapado entre el conservadurismo y la polĆtica como negocio.
COMMENTS