Además de controlar el hermético Centro Militar de Inteligencia (CMI) –que opera, entre otros, el spyware Pegasus–, la Sedena administra de...
Además de controlar el hermético Centro Militar de Inteligencia (CMI) –que opera, entre otros, el spyware Pegasus–, la Sedena administra de facto los recursos humanos y tecnológicos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), a pesar de su naturaleza civil; con ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó todo el aparato de inteligencia del Estado a los militares, especialmente a su titular, el general Luis Cresencio Sandoval.
Desde su búnker de la alcaldía Magdalena Contreras, el CNI –el nuevo nombre del Centro de Investigación en Seguridad Nacional (Cisen)–, recopila la información que le envían de manera periódica los cinco Centros Regionales de Fusión de Inteligencia (Cerfi), donde agentes de la Sedena, de la Secretaría de Marina (Semar), de la Guardia Nacional (GN), de la Fiscalía General de la República (FGR) y del CNI operan poderosas herramientas de intervención.
“Sus capacidades tecnológicas son: Monitoreo técnico (Audios, CDR y geolocalizaciones), plataforma integral de inteligencia, análisis de vínculos, reconocimiento facial, acceso a redes sociales, reconocimiento de placas automotrices, recuperación de datos (forensia digital)”, planteó un oficio secreto de agosto de 2022, dirigido a Sandoval. El documento giraba en torno al Cerfi Centro, que opera en Iguala, Guerrero.
Este oficio, que Proceso encontró entre los 4.5 millones de archivos de la Sedena hackeados por el colectivo Guacamaya, estableció que el Cerfi Centro “cuenta con un efectivo de 14 analistas, cuya tarea fundamental es el monitoreo técnico derivado de Intervención de Comunicaciones Privadas (ICP), conectados a una plataforma tecnológica que permite acceder a los registros de llamadas, geolocalizaciones y de esta forma integrar paquetes de inteligencia operables (…) actualmente tiene 179 líneas en seguimiento”.
En otras palabras: los agentes en los Cerfi tienen, entre otras, la facultad de monitorear líneas telefónicas. Desde mayo de 2020, los Cerfi suben la información derivada de sus actividades en una “Plataforma Integral de Inteligencia”, que procesa los datos y permite elaborar diversos “productos”, como “tarjetas y notas informativas”, “alertas”, “diagnósticos” o “paquetes de inteligencia operable”.
Esta plataforma es operada por el Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (Cenfi), que opera desde la sede del CNI, en la Ciudad de México y es dirigido por Luis Rubén Sandoval Medina, el hijo del general Sandoval.
Fusión
El Cenfi y los Cerfi fueron creados durante el sexenio de Enrique Peña Nieto con la idea de centralizar los aparatos de inteligencia bajo la coordinación del Cisen. Con el cambio de administración, tanto el Cenfi como el CNI deberían seguir siendo aparatos civiles de inteligencia, bajo el mando de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Sin embargo, su carácter civil resulta, en gran medida, un espejismo: en el arranque de su sexenio, López Obrador entregó las riendas del CNI al general Audomaro Martínez Zapata. Martínez mantuvo a agentes del otrora Cisen en cargos administrativos, pero colocó a militares en puestos operativos clave: en junio de 2022, por ejemplo, el general Oswaldo Iván Galicia Galicia fungía como coordinador especial de operaciones en el CNI, con la ayuda del coronel Rogelio Cruz Duarte.
Por su parte, el Cenfi, principal aparato de inteligencia del CNI, es dirigido por Luis Rubén Sandoval Medina, quien técnicamente es civil, pero tiene un vínculo directo con Sandoval, el personaje de mayor rango en la jerarquía militar.
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