Tribuna Por: Luis Camacho. La dimisión pública de Alberto “Beto” Aragón Ruiz como director de finanzas de la JMAS Delicias cobra otra dimens...
Tribuna
Por: Luis Camacho.
La dimisión pública de Alberto “Beto” Aragón Ruiz como director de finanzas de la JMAS Delicias cobra otra dimensión si se la mira en el contexto político reciente: la reaparición pública de Eliseo Compeán y su acercamiento a actores con peso en la escena estatal, entre ellos Cruz Pérez Cuéllar, han agitado equilibrios locales y ampliado las lecturas sobre los movimientos en plazas administrativas y partidistas. La versión oficial de Aragón —motivos personales— queda, por ahora, como la explicación institucional; la lectura política no puede descartarse dada la coincidencia temporal entre estos acontecimientos.
Daniela Álvarez y el proceso de expulsión: la línea del partido
La presidenta estatal del PAN, Daniela Álvarez, ha sido explícita sobre la situación de Compeán: el proceso de expulsión sigue en pie y debe agotarse primero en el Comité Directivo Municipal antes de avanzar a instancias estatales, pues hasta el último reporte no existía una renuncia formal por parte del exalcalde.
Lo que implican esas declaraciones
La intervención de la dirigente estatal cumple dos funciones políticas claras: envía un mensaje de disciplina interna frente a acercamientos que el partido considera incompatibles con la lealtad partidaria, y sitúa el caso en el terreno de los procedimientos internos antes que en la arena mediática. Al condicionar la resolución al agotamiento del proceso en la estructura municipal, Álvarez preserva la formalidad del procedimiento mientras hace pública la advertencia sobre consecuencias por conductas que el PAN juzga nocivas para su cohesión y marca política.
Conexión: Renuncia y Expulsión
La relación profesional entre Aragón y Compeán —Aragón fue tesorero durante la administración del exalcalde— convierte a la renuncia del primero en un suceso que no puede leerse de manera aislada. En un momento en que la dirigencia estatal del PAN abre la puerta a la expulsión y subraya la necesidad de formalizar procesos internos, la salida de un cuadro ligado al exalcalde adquiere el tinte de un reacomodo simultáneo en espacios técnicos y de base. Sea resultado de decisiones personales, administrativas o del pulso partidista, la confluencia temporal entre la advertencia pública de la dirigencia y las remociones en oficinas municipales es, cuando menos, significativa.
Según allegados y fuentes cercanas a su entorno, Eliseo Compeán y Alberto “Beto” Aragón mantienen una relación de larga data; se les atribuye una amistad que se remonta a la adolescencia, circunstancia que explica —dicen— la cercanía profesional y la confianza mutua que marcó la etapa en la que Aragón fungió como tesorero en la administración de Compeán.
Efecto en la percepción pública y en la política local
La estrategia comunicativa del PAN —visibilizar el proceso y remitir decisiones al comité municipal— busca mostrar control y apego a la institucionalidad, pero también pone en evidencia tensiones internas y el costo político de las alianzas inesperadas. Para la ciudadanía, la combinación de adverbios institucionales y gestos punitivos desde la dirigencia estatal alimenta la percepción de que los reacomodos locales ya están en marcha y que las decisiones sobre cuadros técnicos pueden atravesarse por lógicas políticas más que exclusivamente técnicas.
Salida
La renuncia de Beto Aragón se da en un paisaje político que no es neutro: la reaparición de Eliseo Compeán, su acercamiento a figuras de Morena como Cruz Pérez Cuéllar y la declaración pública de la presidenta estatal del PAN de que el proceso de expulsión sigue su curso colocan a Delicias en una etapa de reordenamiento. Las piezas se mueven en distintos tableros —administrativo, partidista y mediático— y la línea trazada desde la dirigencia busca marcar límites de lealtad y disciplina. En ese cruce, las salidas de personajes vinculados entre sí dejan ver que la política local está lejos de ser estática; se está reescribiendo a medida que cambian lealtades y se definen nuevas fronteras de pertenencia política.
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