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En el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, las autoridades descubrieron una nueva técnica utilizada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para ocultar restos humanos. Según la Fiscalía estatal, además de calcinar los restos, estos eran enterrados bajo bloques de ladrillo y una capa de tierra, lo que dificultó su detección en inspecciones previas.
El hallazgo incluyó cinco lotes de restos óseos fragmentados, 400 prendas de vestir, 96 casquillos de distintos calibres y otros objetos personales. Este rancho ya había sido intervenido en 2024, cuando se detuvo a 10 personas y se liberó a dos más. Sin embargo, los sellos de aseguramiento estaban rotos cuando el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco regresó al lugar el pasado 5 de marzo.
La Fiscalía revisará los procedimientos aplicados en la intervención anterior para determinar posibles omisiones. Este caso subraya los desafíos en la lucha contra el crimen organizado en México.
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