En más de una ocasión autoridades estadounidenses han acusado a México de ser la cuna de algunas de las organizaciones criminales más peligr...
En más de una ocasión autoridades estadounidenses han acusado a México de ser la cuna de algunas de las organizaciones criminales más peligrosas y poderosas que operan en el hemisferio occidental, no obstante, para que los cárteles de la droga hayan logrado consolidarse y estructurarse como actualmente se conocen cuentan con aliados que han facilitado el tráfico de narcóticos a través de la frontera: las pandillas.
“Las pandillas proporcionan apoyo a las operaciones de contrabando de personas y drogas de cárteles hacia Texas y toda la nación”, advierte en sus primeras páginas el reporte Gang Threat Assessment publicado en noviembre de 2018 por el estado que gobierna el republicano Greg Abbot.
Aunque los vínculos entre cárteles mexicanos y pandillas ha existido durante décadas, la relación que mantienen evolucionó y se expandió geográficamente a partir del año 2006 cuando el expresidente panista Felipe Calderón impulsó como estrategia de seguridad una violenta Guerra contra el Narcotráfico.
De este modo, pandillas estadounidenses como la Mexican Mafia o Barrio Azteca han logrado conservar su relación con algunas de las organizaciones criminales más poderosas que operan en México con la finalidad de continuar expandiendo su poderío y acumulando riqueza para sus miembros a través de múltiples actividades delictivas.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos define a una pandilla como “una asociación de tres o más individuos cuyos miembros adoptan una identidad de grupo para crear una atmósfera de miedo o intimidación empleando uno o más de los siguientes elementos: nombre en común, eslogan, señal identificativa, símbolo, tatuajes o marcas físicas, estilo o color de ropa, peinados, señales con la mano o grafitis”, explicó el Informe Nacional de Pandillas 2015 del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) consultado por Infobae.
Dichos elementos fueron identificados en Barrio Azteca o Los Aztecas, una pandilla que, de acuerdo con información de Insight Crime, nació en las prisiones de Texas en 1986 y se asoció con el Cártel de Juárez, lo que le permitió ganar miembros en ambos lados de la frontera.
Una década después de su creación en el sistema penitenciario, Barrio Azteca comenzó a expandirse debido al aumento de las deportaciones de criminales mexicanos encarcelados en Estados Unidos de modo que a principios del nuevo siglo la pandilla ya controlaba las cárceles de Chihuahua.
Estimaciones del gobierno de Estados Unidos apuntan a que en 2013 la pandilla contaba con más de 5 mil miembros en Ciudad Juárez además de otros 3 mil en Estados Unidos, sobre todo en los estados de Massachussetts, Pensilvania y Texas.
El máximo líder de Barrio Azteca fue identificado como Eduardo Ravelo, quien figuró en la lista de los Diez Prófugos Más Buscados del FBI hasta su aprehensión en julio de 2018; fue acusado de coordinar las actividades delictivas de Los Aztecas en Ciudad Juárez, además de ser el responsable de la mayoría de la violencia que azotó a la ciudad fronteriza durante la primera década de los años 2000.
“Ravelo encabeza la pandilla Barrio Azteca en Juárez y está acusado de una variedad de delitos, que incluyen extorsión, lavado de dinero y posesión con intención de distribuir heroína y cocaína. Aunque no ha sido acusado de asesinato, Ravelo y sus pandilleros son presuntamente sicarios de un cartel mexicano de la droga y son responsables de múltiples homicidios”, se lee en un boletín de búsqueda publicado por el FBI en 2009.
“La Línea” y el Cártel de Sinaloa
Información de investigaciones judiciales recopiladas por la organización especializada en temas de narcotráfico, InSight Crime, dan cuenta de que en 2008 “La Línea” -brazo armado del Cártel de Juárez- reclutó a miembros de la pandilla Barrio Azteca para combatir a los integrantes del Cártel de Sinaloa que buscaban apoderarse del terriorio y las rutas del tráfico de drogas de Ciudad Juárez.
Dicha disputa con la organización criminal fundada por Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada dejó a su paso múltiples episodios violentos en los que muchos pandilleros fueron asesinados y arrestados.
De este modo, Barrio Azteca se consolidó como un elemento importante del Cártel de Juárez, al cual no solo apoyaban en sus enfrentamientos con el Cártel de Sinaloa, sino también en otras actividades delictivas como el tráfico de drogas, trata de personas y las adquisición de armas y vehículos.
Investigaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos revelaron que Barrio Azteca genera utilidades para el transporte de heroína, cocaína y marihuana a través de la frontera en tanto que recluta nuevos miembros en las prisiones de Ciudad Juárez.
Declaraciones de un miembro de Barrio Azteca que sirvió como testigo en el juicio de uno de los líderes de la pandilla dieron a conocer que algunos de los miembros estaban recibiendo entrenamiento de Los Zetas en asesinato, extorsión y seguridad, de acuerdo con InSight Crime.
La estrecha relación que han mantenido los miembros de Barrio Azteca se ha basado en “reglas sagradas” que han instaurado y cuya ruptura es motivo de un castigo severo e incluso la muerte de los propios integrantes y sus familias. De forma extraoficial se ha reportado que los integrantes de la pandilla cuentan con un juramento secreto del que poco se conoce y que también llegan a incurrir en prácticas de canibalismo, aunque dicha información no ha sido confirmada.
Por brutal que parezca, es precisamente dicho factor de unidad lo que les ha permitido mantenerse vigentes no solo como una de las pandillas más peligrosas y grandes de Estados Unidos sino también como aliados importantes de los cárteles de la droga en México.
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