Ayudada por un bastón, doña María Natividad Rodríguez, originaria de Jalisco, caminó lenta pero persistentemente al frente de la marcha de ...
Ayudada por un bastón, doña María Natividad Rodríguez, originaria de Jalisco, caminó lenta pero persistentemente al frente de la marcha de madres que buscan a sus hijos desaparecidos en México, que recorrió del Monumento a la Madre al Ángel de la Independencia.
Natividad busca a su hijo, Álvaro Ramírez Rodríguez, desaparecido el 9 de mayo de 2016, en Zapopan, Jalisco, por estar “en un lugar equivocado en el momento equivocado”, dice, pues su hijo, que en el momento de la desaparición tenía 31 años, fue privado de la libertad junto con otras personas por miembros del crimen organizado.
“Mi hijo era chef de Olegario Vázquez Aldir, trabajaba en el hotel Quinta Real en Zapopan y, cuando hacía reuniones, el señor lo traía a la Ciudad de México para que cocinara para él y sus invitados; cuando ocurrió la desaparición, lo busqué para que me ayudara y me dijo que no podía hacer nada porque Álvaro no había desaparecido en su área de trabajo”, contó doña Natividad, quien tiene tatuada la fecha de nacimiento de su hijo en el antebrazo izquierdo, 4 de diciembre de 1985, y que desde 2017 ha participado en las movilizaciones en la Ciudad de México.
El contingente sobre Paseo de la Reforma. Germán Canseco
Como ella, miles de mujeres, algunas en sillas de ruedas, llegaron al Ángel de la Independencia para visibilizar la crisis humanitaria que vive el país desde hace décadas, acentuada desde 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón declaró la “guerra contra el narcotráfico”.
La de este martes fue la onceava ocasión en que madres de desaparecidos recorren las calles de la Ciudad de México para protestar por la imparable desaparición de personas y que, al día de hoy, suman 99 mil 821, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).
Previo a la marcha, desde muy temprano un grupo de madres se apostaron frente a Palacio Nacional en espera de ser recibidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero en su lugar fueron atendidos en la calle por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, y la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda, a quienes una comisión de madres entregó una carta solicitando una audiencia con López Obrador.
Glorieta de las y los desaparecidos
Antes de llegar al Ángel de la Independencia, en el espacio donde estaba La Palma, familiares de personas desaparecidas colocaron cuencos con tierra y esferas de acrílico con fotografías de familiares de desaparecidos, como una muestra de la insistencia de convertir ese lugar en la “Glorieta de las y los desaparecidos”.
En voz de Lourdes Herrera, mamá de Brandon Esteban Acosta Herrera, quien tenía 8 años cuando fue desaparecido el 29 de agosto de 2009, reprobó “la acción del gobierno de la Ciudad de México de retirar las fotografías de este espacio, pedimos que respeten el espacio en memoria de loas desaparecidos de México, no ofendemos a nadie”.
Madres de mujeres en lo que era la Glorieta de la Palma. Foto: Germán Canseco
Brando Esteban fue desaparecido junto con su papá y dos tíos, Estaban, Gilberto y Gerardo, en Ramos Arizpe, Coahuila,
Al llegar al Ángel de la Independencia, las madres de personas desaparecidas emitieron un duro pronunciamiento, en el que cuestionaron al presidente Andrés Manuel López Obrador, a miembros de su gabinete, al fiscal Alejandro Gertz Manero, a gobernadores, a la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, y a los miembros del Congreso de la Unión.
“¿Cuántas madres, padres, abuelitas, abuelitos, hermanas, hermanos y demás familiares han fallecido en la exigencia de localizar a un familiar y lograr llegar a la verdad, a la justicia y a la reparación del daño? ¿Acaso el Estado mexicano le apuesta a que nosotras ya no estemos para que nadie más les busque? ¿Qué maquiavélico plan tienen en la cabeza que sólo piensan en administrar nuestro dolor, cansarnos, desgastarnos y no hacer nada para tener de regreso a nuestros seres queridos desaparecido?”, reprocharon las madres.
Con cifras oficiales que rondan en los 100 mil desaparecidos, las madres que se movilizaron una vez más por la avenida Reforma reclamaron a las autoridades electas: “Nos han fallado después de que pusimos nuestra confianza al elegirlos”.
Recordaron que, en su reciente informe de visita al país, el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU (CED) dio recomendaciones específicas al Estado mexicano “y no las han cumplido”, por lo que cuestionaron a las autoridades responsables qué esperan para acatar las indicaciones.
En Paseo de la Reforma. Foto: Germán Canseco
“Se obra con total impunidad cubriéndose las espaldas unos con otros mientras el pueblo se muere en la exigencia”, acusaron las madres.
De acuerdo con el pronunciamiento de la marcha, las autoridades federales y estatales han faltado a su deber de “proteger y garantizar los derechos fundamentales de las personas”, al permitir las desapariciones de sus familiares y que, al igual que sus antecesores, “son cómplices de permitir que siga habiendo desapariciones y, sobre todo, al seguir permitiendo que esta tragedia humanitaria envuelva a todo el país”.
Tras recordar que, en su primera marcha en mayo de 2011, alertaban de la tragedia humanitaria que ocurría en el norte del país, hoy ya no hay estado donde no ocurran desapariciones y más aún, hay más de 52 mil cuerpos sin identificar resguardados por fiscalías estatales.
Las madres de personas desaparecidas reprocharon a gobernantes, servidores públicos y a instancias de procuración de justicia por no hacer su trabajo, por lo que urgieron a “actuar con acciones que den resultados efectivos”.
Acusaron a los gobernantes de haber creado “un infierno y las consecuencias ya las vivimos en todo el país; existen desapariciones en todos los estados y la violencia se apodera sin sentido en cada rincón de este nuestro amado México. Ustedes son los únicos culpables por no haber actuado a tiempo”.
En el evento participó, como desde hace 11 años, el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera, y el representante de la oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidos para los Derechos Humanos (ONU-DH), Guillermo Fernández Maldonado, quienes en sus discursos reconocieron la labor de las madres de personas desaparecidas por visibilizar el problema y por haber trascendido su lucha al impulsar reformas legislativas para la búsqueda e identificación de personas desaparecidas.
En el evento, madres de distintas partes del país, así como de Centroamérica, expusieron los obstáculos a que se siguen enfrentando en la búsqueda de sus familiares.
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